¿Un año pasó y vamos a hacer como si no hubiera pasado nada? Una pregunta comienza con esta historia, o más bien esta historia comienza con una pregunta. No sé cómo describirlo. Al igual que siempre, la previa es más larga que el show, lo importante es lo anterior, y después quedamos en la nada. Todas las veces lo mismo, y al contarlo se torna tan nimio. No sé cómo empezar esta historia, cómo empezar a contarla, porque empezar, ya empezó, y también ya terminó. En el comienzo fue una predicción, algo que estaba escrito en el destino, y si bien no creo en él, es la única explicación que tengo. Basándome en experiencias previas, cuando uno dice "esto va a pasar", pasa, aunque sea en un futuro no muy cercano, y por muy improbable que parezca (sí, me pasó tres veces; ya no puedo negarlo). Todo parecía haber cambiado, el viento nos había separado y nuestros caminos iban para otro lado. Pero no. Fuimos. Regresamos al punto de origen, confesamos todo lo que había que confesar, nos dijimos tantas cosas... Ahí fue cuando terminé gritando. Nunca le había gritado a nadie de esa forma... con tanta pasión. Pasión negativa la mía, que no se malentienda, pero pasión al fin. Porque he gritado con odio, he gritado de miedo, he gritado a mis padres, pero nunca como en las películas. Fue una de esas escenas. Fue un cambio. Tenía que pasar, y pasó en el mejor momento posible. Sí, me convenzo de ello cada día (porque pienso en eso todos los días). Se cruzaron nuestros caminos, en una forma más. Nos estrellamos. Hubo errores y hubo aciertos, pero éste fue un error acertado. Es innegable que estás presente en mí hoy, y que aunque no recuerdo los meses, todavía recuerdo los años; y que aunque no sé de memoria tus palabras, todavía sé de memoria tus momentos, tus abrazos y tus besos. Conozco tus llamadas, tus ruegos, tus mensajes de texto. O al menos tengo una idea general de algunas cosas que nos pasaron, y detalles de lo que nos llevó a ello. Fueron momentos mágicos, en verdad. Como siempre digo, situaciones perfectas con la persona equivocada. Te pido perdón por eso, por mis maneras, por las desviaciones. Seguir caminando juntos para mí no era lo correcto, pero no teníamos por qué separar caminos. Para buscar puedo ser directa, pero para evitar tengo que evitar... Y no puedo evitar recordarte, junto al recuerdo de que hay otros que recuerdo más. Fue un camino solamente, pero existe, tiene tierra, tiene árboles y piedras. Tiene cañas en el piso, sombra, frío y un arroyo. Hay en él atardeceres, lagos, micros y arcoiris; risas, juegos, estrellas y almuerzos. Susurrando caminábamos, abrazados, siendo descubiertos. Los abrazos de despedida abundaron. Los reencuentros y las ganas de arreglar las cosas también. Pero está visto que a ese camino por el que ya pasamos no podemos volver, aunque podamos visitar nuestro pasado y desear más oportunidades así.