Está tratando de eliminarme. Cree que sin mí podrá ser feliz. La comprendo; a todos nos puede suceder de vez en cuando. Es verdad que siempre intento dominarla, pero ahora ella ha logrado controlarme a mí. A veces pasa días sin verme y se siente libre y segura de sus actos. Somos bastante diferentes por supuesto, y nos cuesta entendernos. Sé que está harta de mis debilidades y mi necesidad de afecto. Siempre me recrimina ese deseo de obtener la aprobación de los demás; me considera demasiado vulnerable. Ella, en cambio, es fuerte, dueña de sí misma, auténtica y frontal. No confía en nadie y prefiere estar sola. Últimamente está tratando de ignorarme; desea actuar sin mi parecer. Yo, en realidad, sólo espero que consiga aclarar sus ideas. Me necesita, sin mí su vida se tornará triste y solitaria, perderá todo optimismo y deseos de vivir.