- Hasta el lunes, guapa.- Te dije, mientras me iba camino de la puerta.
Me volví. Te cogí la mano. Cerré los ojos mientras la apretaba con toda la dulzura de que era capaz.
Cuando los abrí encontré tus labios muy cerca de los míos.
Me besaste o te besé: nos besamos.
En ese momento noté que me despertaba y te abracé con todas mis fuerzas para traerte al otro lado del sueño.
Abrí los ojos y junto a mí sólo estaba tu vacío tan lleno por la plenitud de ese beso.
Entonces lo entendí todo. Comprendí la razón de tanto sufrimiento.
Ahora, todo había merecido la pena.
Jesús. 12-11-2011.
Texto agregado el 13-11-2011, y leído por 114
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Lectores Opinan
14-11-2011
el cuento, en pocas palabras, revive ese sentimiento tan complejo de despertar de un sueño que puede ser tan bello lecondesky
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