Cuando las voces de la función se acallaron la titiritera guardó sus muñecos y se fue a dormir. Un griterío la despertó de repente y cuando se sentó en la cama todos los títeres hablaban todos juntos a su alrededor. Inmediatamente los encaminó hacia la sala, encendió las luces , armó el retablo y los dejó libres jugando a no ser manipulados. Volvió a su habitación y reanudó su sueño interrumpido