Ya no sé si el camino está bajo mis pies, quizá las nubes me están jugando una mala pasada. El verde se hace azul y el celeste terracota, los colores se mezclan y la vista se me nubla. Y los objetos flotan suspendidos en el aire, y las señales no me indican cómo llegar a vos. Suspendida en una nada repleta de todo giro en un eje desconocido. Lo gigante resulta ínfimo y lo insignificante poderoso. Una mano se asoma desde el infinito, no la puedo alcanzar. El eco de una voz ronca taladra mis oídos. Y en la soledad mil compañías dispersas e ignoradas. Y en la ignorancia sé de vos. Y con vos... con vos se me fue todo tipo de cordura.