TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / josembellido / Si hubieras llegado en marzo, Abril

[C:516302]

Contra todo pronóstico, Abril, tú llegaste en agosto y te quedaste en mi calle, cuando me encontraba tratando de reparar mi bicicleta sin éxito. Eran los primeros días de vacaciones en invierno y mi peso había aumentado algunos kilos, mientras que mi piel se había vuelto más pálida y mi pelo negro aún más abigarrado. Aún así, mis pequeños ojos azules fueron lo primero que pudiste notar de mí. De ti, en cambio, noté todo sin que te dieras cuenta.

Tuviste que decirme que eres de Centroamérica, pero hasta hoy te pido me perdones por no recordar de qué país exactamente. Me contaste que habías vivido en dos casas diferentes en Lima y que ahora estás en ese departamento de pasillos angostos y vista obstruida. Siempre me he preguntado, desde ese día, por qué tus padres decidieron cambiar playas y sol por niebla y un cielo sin tonos diferentes. Yo sigo sintiendo celos de tu país y no porque quisiera irme hacia allá, sino porque te vio nacer.
Verdaderamente, no imaginé encontrarte un lunes en el colegio, en varias de mis clases, en todos los pasillos, a mi costado, al frente. Tú siempre me tuviste sin mirarme, yo siempre detrás de ti. Si supieras lo que sentí cuando me saludaste por primera vez… No pensé que eso de dar la mano y plantarle un beso en la mejilla al otro sin soltarla fuera una costumbre. Y yo, por orden de la directora, debía ser quien te introdujera a todo lo que ahora dominas. Desde esa vez he podido decir que no has sido un mes en mi vida, Abril, sino toda una época del año.

Han pasado dos meses desde entonces y ya has logrado conocerme lo suficiente. Te has ganado tu independencia poco a poco en este territorio y eso ha llevado a que muchos se fijen en ti. Yo me quedo observándote desde aquí atrás, desde la carpeta que te sigue en la columna. Me quedo mirando tus talones fuera de los zapatos y tus pantorrillas inquietas.

—¿Esa chica vive en tu calle? —me preguntan los demás chicos, incrédulos.
—Sí.
—Entonces, ¿por qué no vienes o te vas con ella?
—Ella viene todos los días con su chofer. Yo he caminado toda la vida.

En mi casa, mi padre y madre se han sorprendido. Cuando ellos llegan, yo estoy haciendo tareas y las noches son tranquilas. Las mañanas son el periodo complicado: yo he empezado a salir apurado, sin dar explicación alguna de mi comportamiento.
Madre, siempre estás preocupada por cómo las cosas están yendo con este régimen. El gobierno de Velasco se va a acabar y yo te prometo que tu hijo no va a ser político jamás. Tienes que cambiar de canal. Mamá, mamá, cambia de canal. Te he dicho que las noticias peruanas sólo hablan de quién murió ayer y cómo. Un beso, mi almuerzo, mi mochila. Chau.

Cruzar la Larco siemrpre es complicado, Abril. A esta hora hay colectivos que vuelan y te hablo de tres carriles. El parque Kennedy, que ya bien conoces, es víctima de la humedad de Miraflores todas las mañanas, las palomas alzan vuelo a duras penas y, hoy, tú ya llegaste y no te vi entrar. Pero, te veo en Matemáticas, te veo en Religión, no me miras en Historia y, en el almuerzo, ¿no te quieres sentar conmigo? Nos vemos mañana entonces.

He reiterado mis procedimientos, considerando cinco minutos para escribirte una carta en mi block. Quisiera trazar cómo dártela sin vergüenza, pero ya no hay tiempo. Me despido de mi mamá con un grito, atravieso la pista sin mirar a los lados y te veo llegar al mismo tiempo a la puerta. Tenemos Arte, entonces no habrá problema en que me prestes tu cuaderno para copiar lo que apuntaste ayer.

Te demoraste en salir del salón y no sé por qué te espero. Aplasto nerviosamente el botón del bebedero y el agua empieza a salir, muy tibia, hacia mi boca. Roza mis dientes y tomo un sorbo, dos, tres. El señor de mantenimiento ha entrado al cuarto de servicio, maldiciendo. Ha prendido su radio y suena nuevamente Joe Cocker con Bad Bad Sign. ¿Quién es ese a tu costado? The. No me había fijado en que caminas algo torcido. Phone. Tienes el cuaderno bajo el brazo. Keeps on. Él se adelanta y te dice algo, riéndose. Ringing. Oye, se te está cayendo algo de la contratapa. But there’s. Espera, esa… esa es mi carta. Never. Que no la vea, que no la recoja. ¡No la toques! ¡Por favor, que no la toque! A call. La desdobló. Él. Cuando yo quería que fueras tú… Right after we make make make make make... Maldito disco.

Abril, si tú hubieras llegado en marzo habría tenido más tiempo para cavilar mis movimientos, me habrías conocido con unos kilos menos y te habría gustado. Hoy, ese chico te ve en Matemáticas y Religión, tú lo miras en Historia y se sienta contigo en el almuerzo. ¿Yo? Bueno, yo ya no escucho más Joe Cocker.

Texto agregado el 08-02-2013, y leído por 66 visitantes. (1 voto)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]