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Capitulo uno



A mi primer amor, al cual nunca volveré




«Si soy lo que tengo,
y lo que tengo se pierde,
entonces ¿quién soy?»
Erich Fromm


Capitulo uno:
VIVE









... Me duele la cabeza... Miro a mi alrededor... estoy en un piso sucio... mucho polvo se me pega en la piel; respiro pelos y mugre, y hay olor a aire viciado... Dios, este dolor de cabeza me marea... intento levantarme... un gemido de esfuerzo sale involuntariamente de mi boca y caigo con el rostro al tratar de incorporarme... De nuevo, en el piso... está oscuro, es de noche pero hay una luz que proviene de lejos... Miro alrededor girando de a poco mi cabeza... me encuentro dentro de una habitación pequeña, un cubículo de madera, o no sé, no lo tengo claro, sigo aun sin poder incorporarme... La luz de afuera hace ruido y comienza a inquietarme... hay como un zumbido y de pronto empieza a fallar... la luz que provenía de quien sabe donde se ha vuelto intermitente... Finalmente, forcejeo entre mi cuerpo dormido y el dolor y logro pararme agarrándome de lo que creo que es una mesa... hay cosas arriba de ella... la luz no me deja focalizar y el dolor.... el dolor parece hacerse más fuerte con cada intermitencia de la luz... preferiría estar a oscuras... Siento estar como borracho... puede ser; parece que hay varias botellas y una rota bajo mis pies... hay sangre... ¿mía o de quién? aun mareado tanteo con mi mano, que también duele, la zona en donde siento un pequeño ardor... un pinchazo y la sensación de mis dedos resbalándose sobre algo viscoso en mi cabeza me confirman lo que sospechaba, estoy herido.
Miro a través de la ventana de la habitación. Todo es oscuro, salvo esa luz intermitente que parece ser de un poste de luz. Cerca veo una vuelta al mundo... ¿estoy en un parque de entretenimientos? Todo es muy confuso... Trato de recordar quien soy y de repente siento miedo... no hay más que un sentimiento de angustia...No hay imágenes, ni voces, ni nombres, ni recuerdos de donde estuve ayer; ni que comí esta mañana, ni que zapatillas decidí ponerme para ir a trabajar... ni siquiera sé si había alguien allí, donde vivía, si tenía a quien despedir... en caso de que trabajará, si tenía mi casa o vagabundeaba, robaba o simplemente no hacía nada. No hay olores, colores, ni sonidos. Solo angustia frente a tanta nada.
Las lagrimas mojan mi cara y la saliva empieza a pegar mi lengua al paladar. "¡No sé quien soy!" murmuro sollozando, y cada vez que lo digo me invade la misma angustia de muerte. Pasan unos minutos en esa agonía, siento que la locura intenta dominarme, pasa tal vez una hora más así... la luz del poste finalmente se extingue: De repente no veo nada, Todo mi cuerpo responde, levanto mi cabeza, mi pulso se acelera, mis manos se cierran y la voz del miedo es tapada por otra, una voz en mi conciencia clara, seria, fuerte, diciendo: "Vive"... intermitente como la luz que antes parpadeaba afuera, "Vive", imperativa como un mandato, "Vive", fuerte como un grito y a la vez amable como la brisa, "Vive", como advirtiéndome de un peligro que no advierto con mis sentidos.
Pasa algún tiempo, ahora no hay nada en mi cabeza. De pronto empiezo a ver más a medida que mis ojos se acostumbran y capturan las formas que la poca luz de la vuelta al mundo emana de sus pobres luces de colores. Hay una puerta cerca mio... efectivamente es una habitación de madera... Con mi mano buena (la que no duele tanto) abro y trato de contemplar aun mareado tratando de averiguar donde estoy... instintivamente, quizás, miro hacia arriba y aunque me mareo al hacerlo, de pronto hay algo claro: las estrellas en el firmamento... obviamente no recuerdo ninguna noche en especial pero esta noche es una bien estrellada, de las que no creo haber visto hace mucho tiempo; de un cielo bien claro, ninguna nube en ninguna parte... y sin embargo ni un poco de viento... curioso... el aire está tan viciado afuera como dentro del cubículo... La vuelta al mundo tiene unas cuantas luces de colores parpadeando y hay otras que han dejado de intentar. Me parece ver que estoy sobre un camino pavimentado en medio de un yuyal que advierto a los costados... la noche es joven, no debe ser muy tarde... ¿Quién ha dejado crecer tanto este pastizal a los costados del sendero, hace cuanto que estoy aquí, porque estoy herido, quien soy? un mar embravecido de preguntas y yo navegando en sus aguas solo con las manos...
Tengo sed... como si en años no hubiera bebido nada de agua... labios secos, piel adherida a mis carnes y una serie de venas que recorren mis brazos entumecidos hasta mis manos maltratadas... parecen las raíces de un árbol que sobresalen de la tierra... podría decirse que no me reconozco, que ese no soy yo, que me desconozco... pero esa palabra toma un nuevo significado cuando no sabes quien eres... o quien eras.... realmente puedo decir que me desconocería igual si estuviera en perfectas condiciones físicas.
"Debería buscar agua" pienso... y me encuentro que antes de terminar de pensarlo ya estaba buscando una canilla, una botella, algo que me diera un poco de alivio... "las... botellas..." murmuro. Vuelvo violentamente al cubículo donde desperté, caigo de rodillas sobre el piso lleno de vidrios y mis manos temblorosas buscan algo torpes dentro de las botellas... A medida que mira cada uno de las botellas me pregunto porque habría de encontrar agua en botellas de cerveza... nada... todas están vacías... ni siquiera un poco de cerveza... Me recuesto sobre una de las paredes y miro a mi alrededor. Parece un puesto de guardia del parque. Me pregunto si ese era mi trabajo; analizo mi ropa, esperando verme vestido con un uniforme de seguridad... no creo que un hombre de seguridad tenga una simple remera manchada y unos jeans tan sucios como los tenis toppers clásicos que llevo puestos. Arriba de la mesa con la que me logre parar veo una antena de una radio. Como si allí hubiera una respuesta la enciendo desesperado, como si fuera el agua que hace un rato estaba buscando: hay un poco de intermitencia pero detrás de la lluvia de la señal se escucha algo... alguien esta cantando. Muevo el sintonizador y las palabras se hacen claras: " I wanna love you... and treat you right..." Bob Marley está sonando en la radio. Querer saber como sé quien es el que suena en la radio es casi más misterioso como mi identidad. La canción suena agradable en el medio de la noche y corta como un cuchillo el silencio de la noche. Me siento de nuevo en el piso y con una sonrisa repentina comienzo a balbucear la canción: "...Is this love, is this love, is this love that i feelin'..." ¡ja,ja,ja, la recuerdo casi a la perfección! la canción se va apagando y yo subo el volumen del aparato esperando que no termine... ¡es lo más familiar dentro de toda esta locura! pero más allá de mis intentos, como todas las canciones, esta también termina... de nuevo la noche y la escasa luz de la rueda de la fortuna... De nuevo nada. Cuando queda atrás la alegría de haber recordado algo, me dispongo a buscar de nuevo agua, pero en cuanto me pongo de nuevo a imaginar donde conseguirla una voz rompe el silencio de nuevo en la radio... esta vez no está cantando... una voz áspera y masculina dice: "¡Vive!...¿Tienes sed? Búscala en donde has despertado"
Un golpe como el de un micrófono cayendo al piso corta el mensaje, de nuevo suena Bob Marley en el pequeño aparato. Me quedo de una pieza y quieto, casi inmutable: ¿De donde se emite esa voz, quien es esa persona, como sabe que tengo sed? El mar de preguntas en el que nadaba se había vuelto un mar de arena.

Texto agregado el 11-01-2014, y leído por 69 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
17-01-2014 Interesante...no lo acabé de leer por que se daba muchas vueltas sin embargo me quedé a a la expectativa de que sucedió. Saludos. m_orfeo
 
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