Soy de aquellas personas que se sienta en una silla de playa en la orilla del presente, a ver como se desencadena su destino. Mientras las olas rompen, y la espuma llega calma a mis pies, jamás estoy demasiado feliz, ni demasiado triste. La única vez que sentí verdadera tristeza fue cuando fuiste, de repente y por que yo quería.
Asimismo, lo único que me haría verdaderamente feliz, sería encontrarte. Encontrar tu mirada, quizás en otros ojos menos brillantes, quizás con pómulos menos sobresalientes, quizás en otro cuerpo, en otra cama, en otra ciudad. En otro país, en otro siglo, en otra vida, quizás; pero encontrarte. Y en ese entonces decirte: -Te estaba esperando, te he amado todo este tiempo.