Buenos día señor, me llamo Felipe Rodríguez y me gustaría hablar con el señor Bergsma, ¿es posible?



¿Tiene un momento?Voy a ver si ha venido hoy a la oficina.

¿Señor Rodríguez? El señor Bergsma trabaja hoy en casa. Ha desarrollado una nueva fobia y de momento ya no puede venir más a la oficina.



Pero, ¿cómo es posible? ¿tengo que llamarle a casa? ¿qué fobia tiene ahora?



Tiene claustrofobia, por eso ya no puede trabajar más en nuestro edificio. Su oficina está en el piso 22 y no quiere usar el ascensor. El director de la empresa está desesperado y ha intentado convencer al señor Bergsma para que venga a trabajar a la oficina, pero el señor Bergsma dice que no lo puede evitar, que no es su culpa, que la última vez que estuvo en el ascensor no se sintió bien: empezó a sudar y temblar. El médico de la empresa ha ido a visitarle y dice que el señor Bergsma tiene derecho a trabajar en casa bajo indicación médica. Así que el director no puede obligarle.



No sé si puedo creerle ¿es verdad? Es ridículo, en España no pasan esas cosas. Si le digo a mi jefe que quiero trabajar en casa porque tengo claustrofobia, si hago eso, me dice inmediatamente: coge tus cosas, ¡estás despedido!



Lo sé, lo sé, yo también pienso a veces que los derechos de los empleados holandeses han ido demasiado lejos. No es sólo el señor Bergsma, no, es también la señora van Dijk, dice que no puede soportar a la gente con pelo rizado, porque una vez cuando era pequeña, un señor con pelo rizado la persiguió de camino a casa, y cada vez que ve a un señor con pelo rizado se desmaya. Ya ha pasado siete veces, y desde entonces tampoco viene a trabajar y el director tuvo que cambiar a mucha gente con pelo rizado de oficina a otro edificio.



¿Y el ascensor? ¿Esos hombres con pelo rizado no utilizan el ascensor?



Eso es verdad, bien visto señor Rodríguez, la señora van Dijk nunca usa el ascensor en la entrada principal, sino el ascensor al lado de la escalera, y todos esos hombres con pelo rizado nunca pueden utilizar el ascensor.



Señor, ya no sé si todavía quiero hablar con el señor Bergsma. No sé si quiero a su empresa como cliente. Luego reciben ustedes una factura de nuestra empresa en España y entonces dicen ustedes que no pueden pagar debido a una nueva fobia. Su empresa está llena de neuróticos.