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Las minúsculas bombillas del viejo aplique no lograban romper la oscuridad de la sala.
El moho del papel pintado ya estaba azul, los colgajos dejaban ver las manchas descoloridas de la pared que formaban caprichosas figuras de colores herrumbrados.
Rubén entró en silencio, empapado, dejó los zapatos en la carpeta y reconoció sus pantuflas al pié del sillón. En la penumbra de la sala divisó al gato acurrucado junto al perchero que hacía equilibrio repleto de gorras y bufandas.
Avanzó dos pasos y enderezó uno de los cuadros que colgaban cansinos junto a la ventana donde golpeaba la intensa lluvia iluminada por los destellos de la ciudad.
Se dirigió a Ana mientras buscaba con su mirada el paragüero:
- Hoy salió todo mal en el hospital, faltó Lucía, atendí solo a todos los pacientes, un caos. ¿A vos como te fue?
Con un reflejo automático Ana lo besó en la mejilla. El frió de su piel la sobresaltó.
- Apenas llego, le contestó, miró por la ventana y agregó, te preparo un té bien caliente, tengo frío en los huesos.
Caminó unos pasos hacia la cocina y sin girar la cabeza le dijo:
- No pude encender el hogar, los fósforos están húmedos ¿probás?
Luego de siete intentos Rubén logró encender el fuego, emitió un sonido gutural y tiró los fósforos de manera agresiva mientras avivaba las llamas.
Los destellos se reflejaban en su rostro cansado.
Ana trajo la taza humeante y la apoyó en la chimenea, sin proferir palabra alguna.
Rubén miró a su mujer, esbozó una tenue sonrisa que ella rechazó desviando la mirada hacia los fósforos desparramados en el piso. Ana los recogió uno a uno sin poder controlar el temblor de sus dedos, luego los puso en el mármol de la chimenea quitando previamente el fino polvo acumulado.
Ana se molestó. En su afán por limpiar el polvillo había desacomodado el retrato familiar, lo tomó con su mano izquierda delicadamente, frotó la manga de su pulóver contra el marco metálico e inmediatamente volvió a colocarlo en su lugar.
El crepitar de los maderos iluminaba la escena plana atravesando el aliento congelado de Ana.
El chisporroteo pareció molestar a Rubén quien entrecerró los ojos un instante, extendió su brazo buscando el control remoto debajo de la tele y se apoltronó en el mullido sillón para ver las noticias. El reloj de pié daba las ocho y media de la noche, tres minutos después comenzó a cambiar de canal una y otra vez, nada parecía interesarle.
Finalmente bostezó y se levantó.
Antes de que eso ocurriera, bostezar y erguirse, apagó la tele.
El té ya no despedía humo, no había probado ni un sorbo.
Buscó en su billetera la última foto, la observó con cuidado, posó sus dedos sobre ella en un lento recorrido murmurándole palabras incomprensibles, la besó y la guardó. Se puso de pié, se dirigió al cuarto pequeño y a punto de ingresar vaciló, se detuvo, miró al piso, acomodó la pantufla que se le había corrido y volvió sobre sus pasos.
Ana lo observaba, sus ojos lo seguían atentamente.
Dubitativo, Rubén caminó alrededor de la sala, se acercó al viejo reloj y detuvo el péndulo ahondando el silencio de las chispas. Luego se dirigió a la alfombra gastada para recoger el periódico que estaba sobre la mesita junto al sillón y encendió la lámpara de pié.
- Ana, el té se enfrió, dijo con voz apagada, ¿Me harías otro? preguntó sin mirar a su esposa.
Ana lo semblanteó, rostro angular, austero, meneó la cabeza y exhaló por sus labios una bocanada resignada.
- Ya es tarde, contestó con voz monocorde, la cena está casi lista.
Desde el cuarto se vislumbraba la cuna mecedora vacía e inmóvil. La pequeña sábana desgarrada aún colgaba del barandal.
Ana extendió su brazo y Rubén la abrazó ahogando su grito.
Una vez más iniciaron el ritual.

Texto agregado el 20-07-2015, y leído por 94 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
26-09-2015 A mi también me gustó el final, bueno. angelicacorts
25-07-2015 Muy buen final. Me gustó. Saludos! TuNorte
20-07-2015 Ese final tan abierto me empuja a las más tenebrosas especulaciones. Ojalá sólo sea un desvarío de mi imaginación perversa. El texto discurre sobre un empedrado de detalles diestramente colocados para ambientar la historia con pulcritud y amenidad. Felicitaciones. -ZEPOL
 
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