ATADO A DOS COMPASES DE INVIERNO

Cuando no queda tiempo ni para quejas ni para dudas
Florece en nuestras manos el Invierno.
Efugio de los ángeles,
El Invierno desmesurado atrae sus capas de nubes
Y sus coros de árboles desnudos;
Sus estrellas en ave se tornan, aves
Que divagan del cenit hasta el nádir,
Concluyendo en graznidos de lagos congelados
Y aterrizajes de copos de nieve.

Los ojos del Invierno son hebras electrizadas
Por el cariño de las lenguas del aire, el aire
La gangrena de las estepas del mundo, de las tierras del orbe.

Al Invierno le he arrebatado su helor,
Me lo he guardado, me lo he comido...
Pero lo he vomitado entre pleamares arrebujadas en húmedas brumas.
Lo he vomitado he vomitado entre aviones pletóricos
Que se embarcan hacia el plenilunio entre pedazos de cristal plúmbeos.
La rarefacción del Sol disminuye con cada crepúsculo nocturno
Con cada albor

¡Por fin!
En el río del eterno retorno
Se ha logrado encontrar merecido descanso;
Se nos ha congelado.
Gritos ahogados de nieve mordida por piedras violáceas
Entre amarizajes de hojas de otoño,
He hallado el amianto del corazón de mi padre de manos ciegas y
Ojos (y miradas) tácitas, mudas, sigilosas...
Me ha hallado el amargor de una copa de mhiel,
Me ha hallado el cuerpo enfriado la búsqueda de mi ojo quinto, el [amolado.

¡Enhoramala!
¡Se me va el Invierno!
¡Se me corrige el retorno al eterno lugar!
A quienes hemos nacido con las hojas botadas, con los árboles [desnudos, con las baldosas heladas,
A nosotros nos encanta el retornar al helor,
A nosotros nos encanta encontrarnos de nuevo en un Invierno [chispeante
¡Esperanzas chirriantes entre acosadoras valijas de estertores pasados
aquí recortados
posteriormente reolvidados
¡Presente de toda magna ubicuidad! ¡Playa de mil granos de llantos de estrella!
¡Perfil de las aves eternables y de las angustias y dolores cojos! ¡Batahola del
oleaje de amargor incesante, con humos agitados en volutas sobre los bordes del aire!
En el principio de mis ojos y la mitad del tercio de mi boca se me ha
Colado un sentimiento.
En el principio de mis ojos y la mitad del tercio de mi boca se me han colado trocitos de primavera.
En el término de mis ojos y la conflagración de mi alma, de mi ser-a-la-[eternidad
Aguardará siempre un Invierno.

Mis atavíos se me han quedado enredados en un Invierno,
Mis palabras se me han quedado enredadas en un Invierno,
Mis ojos se me han quedado enredados en un invierno,
Mis vidas se me han quedado enredadas en un Invierno Eterno
Perdurables hasta las postrimerías de mi jaula.



FIN.