Si son capaces de leer esto en voz alta y de un solo tirón quiero decirles que existen acabados estudios que demuestran que los grandes lectores son los que leen página tras página sin ninguna interrupción y que postergan sus deseos fisiológicos atrapados por la trama porque ellos son la excelencia y el mejor acicate para cuanto autor exista ya que son los depositarios de la destreza de las fantasías y de todas las cualidades de tal o cual escritor habiendo algunos que no logran conciliar el sueño si no han terminado la novela o el ensayo que atesoran entre sus manos compulsivas y ansiosas de degustar vocablos que encierren grandes verdades o fantasías insuperables que luego les provocan sueños en que ellos son sus protagonistas yendo después al cine a deleitarse con la película basada en el libro y que nunca es mejor que éste en su detalle y en las opulentas descripciones del autor quien es invitado a todos los círculos para dejar en claro que él no escribió el guión de dicho film y que en realidad destrozaron su libro y cosas por el estilo lo que será aplaudido por sus seguidores que argumentarán que la película producida en sus mentes era millones de veces mejor que la exhibida en los cines del retail y eso aumentará las ventas del libro y posiblemente incentivará al escritor para lanzarse con otra obra que le entregará buenos réditos y la posibilidad de que una vez más le destrocen su obra en el cine que por supuesto nunca es mejor que lo que él escribió pero la suculencia de los dineros que llegarán a su bolsillo le harán guiñarse a sí mismo un ojo y exclamarse también para sí mismo que si él es pretencioso los directores de cine también lo son pero aunque nunca lo que realicen sea alguna vez mejor de lo que él escribe, bienvenidos sean esos billetitos para realizar nuevos emprendimientos.

Si se quedó sin aire si tuvo la gentileza de leer este mamotreto, le cuento que don Thomas Betta Consiglieri, escritor y autor de este artículo, decidió leer mil páginas sin hacerle caso a ninguna coma y ahora él está ídem. Imagine usted como se sintió al final este pobre señor si usted se quedó sin aliento casi en la mitad de este breve texto.