Tres conjuntos musicales del exterior amenizarán la noche y acompañarán a la distinguida clientela con sus acordes; en un ambiente tocará un grupo de mariachis selectos, en otro se presentará un conocido grupo muy en moda portorriqueño y para los de mayor edad, se dispuso que los rockeros ingleses contratados, hagan de las suyas en el ambiente más alejado de la administración.

Toda la noche, los cocineros internacionales se asegurarán que los asistentes puedan ordenar lo que se les cante en gana, la suprema calidad de todas las delicadezas a servir, asegurarán una noche vieja tentadora en aves, pescados y mamíferos diversos, cocinados en su punto justo.

La bebida será irrestricta, desde la oscura coca cola, pasando por cervezas checas, alemanas, inglesas, vinos chilenos y europeos, espíritus escoceses, irlandeses, ingleses, franceses, americanos y japoneses, estarán felices de embriagar cuanto deseen los festejantes sin distinción de género alguno.

Un equipo de boinas rojas retirados, dará la cobertura en cosas de seguridad y una posta de emergencias estará discretamente habilitada por si acaso una caída, o problema de salud no previsto se presenta. La idea es que nadie tenga excusa para amargarse, ponerse triste o melancólico.

El alcaide recibió por anticipado su jugoso cheque, nos asegura que esa noche, nadie sin autorización, podrá entrar a esta prisión de alta seguridad para políticos "corruptos" como se les dio por llamarnos a los envidiosos.

A veces las cosas no salen del todo como queremos, pero para eso se ha inventado el dinero, que bien o mal habido, siempre es bienvenido, como el 2018.

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