Despues de varios dias de haber creado al mundo y de haber insuflado la chispa divina al ser humano, el buen Dios comenzó a aburrirse: no tenía con quien platicar, pues todos los seres que habitaban el paraíso estaban o manejados por el instinto de su especie, o sumidos en la dulce inocencia, en la craza ignorancia. El humano de entonces era amoral, en el sentido que no tenía libertad de elegir entre el bien y el mal, por tanto, no era responsable moralmente. Entonces en ejercicio de su sabiduría, Dios tuvo otra brillante idea: llamó a aquel y le cuchicheó algo al oído. Aquel, ni corto ni peresozo, se presentó a Eva en forma de serpiente mientras ella admiraba los frutos del árbol del conocimiento...Y sucedió lo que fragmentaria y distorcionadamente nos han contado por siglos.
En el portal de l paraíso el arcángel explicaba a la sorprendida pareja: "Ustedes ya no tienen cabida aquí, pues ya son aptos para elegir. Vayan al mundo exterior, conozcan lo bueno y lo malo, lo sublime y lo terrible, lo justo y lo injusto, lo bello y lo horrible. Y algun dia, tal vez algún día logren el nivel de sabiduría y de bondad para retornar y gozar conscientemente de la compañía de nuestro Dios, e incluso ayudarle en su labor de demiurgo.