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Inicio / Cuenteros Locales / carlosivankelso / EL ASESINO DE DEMI MOORE

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Década del ’90, Demi Moore era considerada una de las sex symbol del cine de Hollywood, luego de haber protagonizado películas como “Ghost la sombra del amor”, “Streap Tease”, “Acoso sexual” y “Propuesta indecente” por citar solo los títulos más conocidos y recordados.
Ningún hombre que se aprecie de tal podía permanecer indiferente a su figura y era inevitable en hacerse una paja. Y el gigantón Carlos Bossio, el mítico y legendario “Chiquito”, el arquero de Estudiantes de La Plata, en aquellos años, no era la excepción.
Cuenta la leyenda que el 12 de mayo de 1996, la noche que le hizo un gol a Racing en Avellaneda de cabeza y entro en la historia como el primer arquero en marcar un tanto de cabeza en el futbol argentino. Dicen que con sus enormes, gigantescos y olorosos pies (mide 1,95 metros y calza 50), se hizo flor de paja con una foto de Demi Moore adelante mientras festejaba el gol, lo llenaban de reportajes y entrevistas, era tapa de diarios y revistas y lo invitaban a almorzar con Mirta Legrand.
En el programa de Legrand lo recibieron como un héroe, antes de entrar, se hizo una nueva paja, y se encontró con una misteriosa rumana en el vestuario, que le puso el maquillaje, y el dijo:
- Caaaaaaaarlooooooooos (pronunció el nombre “Carlos” con voz muy sensual y mucho enfásis), todo bien lo de la paja, pero vos sos un Quesón, con Demi Moore estas para algo más…
- Y claro que soy un Quesón, ya quesonee a muchas minas, estamos en mayo de 1996, ya soy un Quesón consagrado, popular y famoso.
- Por eso, Caaaaaaaaarloooooosssssssssss, no te hagas más una paja pensando en esta mina, quesoneala, a cambio serás un asesino muy popular, ja, ja.
Carlos Bossio la paso muy bien en el almuerzo con Legrand, donde se destacó por su gran figura, el enorme tamaño de los pies y el hecho de comer mucho Queso. En uno de los cortes, le comentó a la inmortal Legrand:
- Que simpática y agradable esa rumana que pone maquillaje. Me dijo que se llamaba Dumitrescu, como el jugador de la selección rumana que estuvo en Italia 90 y USA 94.
- ¿Rumana? Aca no trabaja ninguna rumana, hubo una, pero murió hace muchos años, muchísimos, vos ni habías nacido, en los años 60, cuando yo empecé con mis almuerzos.
Bossio quedó extrañado por aquella respuesta de Legrand y pensó que la vieja le hizo una broma, la rumana era real, viva y de carne y hueso, pero volvamos a la historia con Demi Moore.
Un par de meses despues se disputaron los Juegos Olímpicos de Atlanta, en los Estados Unidos de América, en el sureño estado de Georgia, para ser más precisos y Carlos Bossio fue uno de los convocados a la selección masculina de fútbol que iba a disputar el evento. Daniel Passarella, el Gran Capitán, era el entrenador de aquel equipo, y como se sabe, manejaba con manu militari a sus jugadores, su estilo dictatorial y tiránico es harto conocido, pero aun así los jugadores tenían tiempo libre y en uno de esos ocurrió lo más importante de este relato.
Carlos Bossio tenía ganas de quesonear a una mina, y lógicamente minas sobraban, era fácil salir a la calle con algún disfraz de Halloween, Scream o Friday the 13th, con un Queso y un cuchillo, y asesinar a cualquier mina y tirarle un Queso. Y justo estaba ahí, en Atlante, en Georgia, pensando eso, cuando apareció otra vez la misteriosa rumana, ahora como mucama de la concentración.
- ¡La Rumana! ¡Otra vez! ¡Legrand me dijo que estaba muerta!
- Je, je, je – río la rumana – Legrand es inmortal y puede juzgar al mundo entero, je, je, pero aquí estoy, Caaaaaaaarlooooooooos, en los Estados Unidos de América, y aca es todo grandioso, no se andan con chiquitas, por lo tanto, no salgas a quesonear a una mina cualquiera, debes quesonear a alguien importante. No te olvides de Demi Moore, esta aca en Atlanta, tu instinto Quesón te guiará, ja, ja, no te olvides, su nombre original es Demetria Gene Guynes, y nació en Rosswell (New México), la tierra de los extraterrestres, la tierra del Incidente Rosswell de 1947, je, je.
Carlos Bossio se quedó pensativo, la rumana desapareció misteriosamente, y apareció una señora mayor de la limpieza, con aspecto de puertorriqueña o panameña, el arquero pensó “Esta seguro habla español por la pinta” y le dijo:
- Que simpática y agradable esa rumana compañera suya.
- ¿Rumana? Aca no trabaja ninguna rumana, mi socio, hubo una, pero murió hace muchos meses, era una dama muy digna, aunque noble por linaje, sino una boda. Además no soy puertorriqueña ni panameña, soy cubana, ¡Guantanamera! ¡Guajira, Guantanamera!
La vieja se fue cantando “Guantanamera” y Carlos se quedó otra vez sorprendido y perplejo, pero en pocos minutos ya estaba con la ropa de asesino, guantes negros, y un gran bolso con un cuchillo largo y filoso, y un gigantesco Queso caminando por las calles de Atlanta, y no tardo en llegar al Four Seasons Hotel Atlanta, un hotel de cinco estrellas. Allí estaba Demi Moore, sus pies gigantescos y olorosos no se equivocaban y por eso lo llevaron hasta ahí.
El olor de sus pies le fue limpiando el camino y Carlos llegó a la habitación donde estaba Demi Moore. Espero largo rato, casi se queda dormido, es que la actriz se quedó viendo las competencias de tenis, hasta que por fin llegó. Para su sorpresa, sobre la cama, había un enorme Queso.
- Oh, Big Cheese! – exclamó en inglés Demi Moore, o sea “Oh, Gran Queso”.
- ¡Demetria! – gritó Carlos Bossio, y apareció frente a ella, que movida por un extraño instinto, pareció rendirse a los pies del arquero, como si el olor a Queso que emanaba de los pies de Carlos, que era apestante y sofocante, la hubieran hecho entrar en un extasis, del cual no podía salir, y al contrario, gozaba y disfrutaba estar ahí.
Demi Moore empezó a desnudarse y le hizo un streap tease a Carlos Bossio sensual e inolvidable, este no podía aguantar, su potencia sexual aumentaba y no podía parar, la actriz aún continuaba con el streap tease, cuando Carlos se tiró encima y le puso los pies sobre el rostro, aplastándola, ella empezó a lamer, chupar, besar y oler aquellos pies, se arrastraba por la cama, y tras jugar con los pies durante un rato muy largo, empezó a chuparle la pija, y el le chupó las tetas, la penetración que vino después fue tan salvaje como fenomenal y fogosa, los dos querían más y más, los extraterrestres de Rosswell se hicieron miles de pajas mientras contemplaban aquella cogida tan extraordinaria desde sus OVNIS. Fueron los extraterrestres los que quedaron hechos una piltrafa, pues Moore y Bossio seguían y seguían.
Pero todo tiene un final y cuando Moore quiso descansar un rato, Carlos se puso los guantes negros, la ropa de asesino y tomó el cuchillo largo y filoso.
- Debo asesinarte, de lo contrario me acusarás de acoso sexual como hicistes con Michael Douglas en la película “Disclosure”, además soy un asesino, y el asesino asesina. El Quesón, quesonea.
Moore no entendió nada pero si entendió que Carlos se acercaba a ella con un cuchillo y eso significaba que la iba a asesinar, pero aunque gritó y e intento defenderse mucho más que cualquiera de sus víctimas anteriores, Carlos le dio una precisa cuchillada en el pecho, luego otra en el estomago, otra nuevamente en el pecho, y otra en el cuello, y luego la siguió apuñalando en forma salvaje hasta darle cuarenta y siete cuchillazos. 47. Como 1947, el año del Incidente Rosswell.
- Queso – dijo en voz alta Carlos Bossio al tirar el gigantesco Queso sobre el cadáver ensangrentado de la actriz, mientras con su rostro de asesino y criminal despiadado contemplaba con desprecio la escena del crimen.
Carlos miro al espejo y contempló aquel rostro que hubiera hecho temblar de miedo a cualquier mortal, incluso a un hombre, aún cuando estos no fuesen víctimas potenciales de sus asesinatos.
- Solo un Queso más – se dijo así mismo mientras se contemplaba y se miraba – No pasa nada, si aca mataron a Kennedy, y no paso nada.
Y con total impunidad, convencido de haber cometido una obra maestra de los Quesones, se alejo de la escena del crimen tarareando una canción de Ray Charles, “Georgia in my Mind”, y antes de regresar a la concentración passarelliana, esa noche se fue a comer a una típica casa sureña con la misteriosa rumana y su esposo, Mister Orlok, un hombre de color muy simpático, risueño y agradable que cantaba con una trompeta “Oh, what a wonderful world”.

Texto agregado el 25-06-2023, y leído por 92 visitantes. (1 voto)


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