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Este día iba a ser definitivo. Había decidido salir de su casa para tomar un poco de aire a pesar de los ruegos de sus familiares, quienes la tentaban con una película y actividades varias que le sonaban a lugares comunes y vanas estrategias para retenerla.
Pero, en su mente resonaban algunas palabras que había visto en sueños repetitivos, las cuales le insinuaban que había mucho más sentido en el mundo de lo que parecía evidente y que su casa, su hogar era y había sido un lugar inhóspito e incluso insensato para ella.
Fue casi como una revelación, una epifanía que se manifestó tan claramente que no tuvo necesidad de recurrir a razones para hacer evidente lo que sentía en lo más íntimo de su ser
"Voy a salir. ¿Tienen algún problema con ello?"- dijo casi mascullando unas palabras que se soltaron de su cerebro y acabaron sin entonación desde sus labios entumecidos.
Las razones que esgrimían para que se quedara, tal como lo hacían casi a diario, le parecieron ahora difusas, insustanciales y carentes de sentido frente a aquellas palabras que vagamente recordaba y que encarnaban una razón de ser una nueva armonía y equilibrio en su yo más interno.
En algunas ocasiones nos despertamos pensando en un sueño tan claro y diáfano que sin embargo se nos escapa de la mente y se torna fantasmal a pesar de nuestro esfuerzo por aprehenderlo. De manera contraria la presencia de estos seres se le figuraba ahora sin sustancia y este espacio familiar parecía una mala alegoría del mundo real. Le parecía que perdía sentido y la irrealidad se hacía cada vez más patente.
Se internó por calles desconocidas y vagó por avenidas oscurecidas y plazas nuevas para ella.

En una de las calles, observó una larga fila de personas apostadas ante una puerta que permanecía cerrada.
Todas, era evidente, querían acceder a la pequeña vivienda y esperaban con calma el turno para hacerlo.
Al acercarse, vio a una vieja amiga enlistada junto al gentío.
No esperó mucho y se acercó para conocer de qué se trataba aquello.
“En este lugar-le dijo su amiga- esperamos respuestas. Cada uno de los que está acá hemos realizado preguntas y hemos sido convocados para conocer lo que nos van a decir. Todos en un momento de la vida nos cuestionamos y queremos que alguien nos de alguna certeza".
"Pero, ¿quién les puede asegurar que lo que se les diga es la verdad que buscan?"-, le replicó.
"Mira acá todos sabemos que probablemente no hallaremos lo que buscamos, pero tendremos la seguridad de que alguien nos diga algo que parezca tener sentido. Yo he venido varias veces y te aseguro que he salido convencida. De eso se trata esto, de convencerte. Si no estás conforme puedes ir a la puerta de al lado, dónde está la entrada a un lugar del que poco se sabe. Se cuenta que hay quienes han ingresado y se han perdido irremediablemente. Muchos de quienes logran emerger lo hacen trastornados, pues no hay cambio sin sufrimiento. Algunos parecen como si se les hubiera volcado el cerebro”.
“Se dice que adentro hay un oráculo que usa cartas marcadas con letras misteriosas que van formando palabras frases y nuevos significados. Aquel utiliza signos anacrónicos y te revela un nuevo destino, pero nadie de nosotros queremos eso. Solo necesitamos un buen consejo, alguien que nos digan sigan por este camino que es el más seguro. El otro implica un cambio, una transformación en algunos casos brutal de tu conducta y tu rol en la sociedad. Algunos dicen que dentro de esa casa hay además una fiera que te acosa y te persigue por piezas ruinosas y abandonadas dónde yacen los que no pudieron dar el salto que buscaban. Dicen que el mismo que maneja las cartas es la fiera”.
La puerta estaba entreabierta y efectivamente no había nadie a la espera. Pero adentro se oían algunos llantos, quejas y gritos de desesperación.
Una persona salió al cabo de un rato. Parecía feliz. En su rostro manifestaba una templanza y seguridad que probablemente no tuviera antes de ingresar
"Probablemente ha vencido a la feria o ha tenido un juego de cartas favorables y se va conforme y creyendo que los revolcones, el sufrimiento y el dolor le han servido", le explicó su amiga tratando de armar un razonamiento lógico.
Si amiga, continuó. "Eso es lo raro, desde esta puerta salimos igual que entramos, pero desde la otra las personas lo hacen con un semblante diferente. Pero te aseguro que nadie de los que está acá quiere transformaciones relevantes. Nadie de nosotros quiere salir con alas. Quizás piernas más fuertes para seguir nuestro camino, pero nadie quiere volar".
La señora Y se quedó pensando. Miraba esa puerta entreabierta con curiosidad y temor. Pero estaba decidida. Tenía dos opciones. Enfrentaría a la bestia, al oráculo o quien fuera, pues estaba segura que solo ahí recuperaría el mensaje que había visto en sueños y que aún lograba atisbar desde este lado de la realidad.

Texto agregado el 14-08-2023, y leído por 75 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
16-08-2023 Algunos prefieren la zona cómoda, otros viven retando a la vida y al destino. Me gustó tu cuento. Reflexivo. Saludos, sheisan
 
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