El sonido del viento huye dejando huellas como si de criminales nos tratásemos, arrojando a los pies del mundo un anhelo de supervivencia. Despavorido recorre el mundo en son de paz, buscando su preciado tesoro, su olvidado talento y su envidiado carácter.
El poder del viento que crea, se enorgullece de vernos y establece vínculos aleatorios de serenidad, en cuyo seno haya un limpio vacío de insinceridad.
Coloca sus suaves y transparentes caricias en nuestra pálida piel y denotando poesía recorre nuestros rincones más ocultos. En pos de la verdad, surcará el cielo como un ave que busca la libertad y errante morirá de orgullo ante los ojos maliciosos de nuestro señor creador.
Morirá con orgullo y valentía, en un mundo donde la libertad era un don y el afán su perdición.
El poder del viento que destruye, se enorgullece de vernos y establece vínculos impuros entre los mortales, en donde se crea un impulso descomunal de sed de sangre.
Huye de lo puro y la tolerancia, escudándose en el riesgo de la noche e intentando ahogar la felicidad aún reinante en el corazón de cada individuo.
Persigue lo inmaterial como perro de presa. Es tenaz con sus competidores y eficaz con sus aliados.
Incita a la noche a morir en sus brazos, presumiendo de su poder y de su ego.
Acabará humillado por el beneplácito del sol, por la transparencia de la lluvia. Quedará sin recuerdo, atormentado por su ineficaz método de persuasión, por su inestable capacidad de captación.
El sonido del viento que perdura en el recuerdo de todos, resucitará y romperá unido una lanza a favor de los descarriados, a favor de los débiles.