CUMPLIDOR NO ME CUMPLIÓ.

José Manuel Jiménez, sabía que la plata, 12 millones de bolívares ,que había perdido apostando en el casino, volverían a su bolsillo el domingo, cuando su caballo “ Cumplidor” ganara el clásico presidente de la República a correrse en el Hipódromo de la Rinconada. Y era que el caballo estaba en plenitud de condiciones, su entrenador lo tenía como imperdible además sería conducido por Castillo, el mejor jinete en este momento, y entonces ¿por que preocuparse?. Todavía le faltaba comprar un anillo de diamante a su adorada Josefina, y es que esa catira lo tenía loco; bueno utilizaría para ello la tarjeta de crédito, total ya faltaban dos días para el domingo y allí estaba Cumplidor. Siempre era así, el hombre se empeñaba, perdía reales en juegos y en otras cosas y los recuperaba por que el caballo siempre ganaba. Ya eran ocho triunfos, y Cumplidor con elegancia recorría la pista de la rinconada y él recibiendo trofeos y lo más importante billetes.

Ese domingo se levantó a las ocho de la mañana y después de desayunar se dirigió al hipódromo y llegó directamente al hangar donde descansaba Cumplidor. Tomó entre sus manos la cabeza del caballo y le empezó a hablar como si se tratara de una persona.- hay mijo, sabes te puse ese nombre por que se que siempre me vas a cumplir, hoy como siempre necesito de tu ayuda, estoy apostando todo a ti, si ganas ganaré tanto dinero que pasará mucho tiempo para pedirte ayuda, además veo que te estás poniendo viejo y de repente después de esta carrera te venderé así que ya sabes Cumplidor… El hombre arrancó a caminar dialogando con el jinete y el entrenador y como llevaba un periódico se fue hacia la tribuna donde se reúnen los propietarios y se sentó a leer, a esperar que empezara la carrera. Eran las dos de la tarde, faltaba una hora para que comenzará la carrera, sentía hambre por eso pidió una parrilla y como quería aliviar un poco los nervios pidió un vaso de whisky 18 años, y así se dispuso a ver las carreras previas al clásico en que participaría Cumplidor. Al cabo de veinte minutos se le acercó Fernando Mata, que era dueño del caballo Canelo, el cual también iba a competir en esta prueba. Entre Juan José Jiménez y Fernando Mata se entabló una conversación, cada uno defendía y pregonaba los atributos de su caballo. –Canelo, no pierde dalo por seguro, dijo Mata y Jiménez le ripostó , - Bueno yo te aseguro que Cumplidor será el ganador es mas te apuesto todo lo que me queda, dos millones de bolívares, y Jiménez sin pensarlo mucho aceptó la apuesta . Cada uno sacó la cantidad de dinero convenida y se la entregó al administrador del restauran, el cual guardó el dinero a la espera de la carrera para darle todo el dinero al ganador.

Estaba todo preparado para comenzar la carrera, sólo faltaba que Canelo cuadrara, Juan José estaba concentrado mirando el aparato de salida, y ahora si partida se escuchó en el recinto de la Rinconada, Cumplidor como en todas las carreras partió en los puestos intermedios, mientras Canelo tuvo una mala salida y quedó en el último lugar bastante atrasado, una sonrisa de satisfacción se dibujaba en el rostro de Juan José, mientras Mata todo entristecido, blandía la revista de caballos como para darle animo a su caballo. Ya se habían corrido 800 metros de los 2.400 , y cumplidor tomó la punta despejándose de los demás ejemplares, mientras Canelo poco a poco iba recuperándose, ya estaba en el cuarto lugar pero bastante lejos. En los 1800 metros Cumplidor seguía dominando fácilmente y Juan José gritaba de júbilo,-ese es mi caballo, dale, dale. Fernando Mata estaba tenso, y aunque Canelo estaba ya en el segundo lugar, era casi imposible que alcanzara a Cumplidor. Faltando 200 metros para la llegada Cumplidor tenía una ventaja de 12 cuerpos, por ello Juan José reía, y exclamaba,- Ese es Cumplidor, nunca me ha fallado, de nuevo vas a darme dinero, y saltando se dispuso a ver el final de la carrera, la cual ya prácticamente la tenía asegurada su caballo.

Juan José ya estaba saboreando el triunfo pero pasó algo imprevisto, cuando faltaban 100 metros para el final, Cumplidor frenó en seco y el jinete saltó por el aire pegando con la baranda de la tribuna, y el caballo siguió sólo sin jinete cruzando la meta; lógicamente Canelo que iba en el segundo lugar cruzó la meta en el primer lugar, y Juan José ahora como despertando de un sueño, movía la cabeza como un loco, y era que no podía creer lo que estaba sucediendo, su caballo, el seguro ganador, había sido descalificado y ahora él estaba en la ruina. Ni siguiera pudo percibir el abrazo de consuelo que le daba Fernando, como un loco bajo la tribuna y corriendo saltó la baranda, y se dirigió hacia donde estaba Cumplidor, resoplando por el cansancio de la carrera. Solo se escuchó un disparo y el quejido lastimero de Cumplidor que había sido alcanzado por una bala disparada por un Juan José que todavía apuntando al caballo le gritaba coño é madre, y luego lo abrazó llorando, hasta que el personal de seguridad logró desarmarlo y fue conducido hasta la comisaría.

En los alrededores del hipódromo se ve todos los fines de semanas a un indigente, que cuando ve a la gente pasar le dice lleno de entusiasmo, si quieres ganar juégate a Cumplidor, el que siempre cumple.