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UN DIOS QUE AMANECIO DE BUEN HUMOR

No todos los días Dios amanece de buen humor, sino, revisemos los libros de historia. Hoy era uno de aquellos raros días, en que lo hizo. Seguro les causará extrañeza, ¿Alguna vez lo hizo?, ¿Se levantó dios algún día de buen humor? Déjenme decirles, hoy sí. Estaba tan alegre que, lucubró la idea de un gran concurso, el certamen más ampuloso y fastuoso que jamás se imaginarían.
No me distraeré en detalles, el concurso estaba dado, los Ángeles salieron de inmediato a correr la noticia por todo el reino, de paso, aprovechaban para hallarse alguna despistada María, ¿Quién sabe?.
Los reinos y comarcas se enteraron pronto del concurso y su premio, me olvidaba ¿Cuál era el premio seguro se estarán preguntando?, ¿Y cuál era el concurso? En ese orden es a veces como solemos ver las cosas. El concurso consistía en diseñar, edificar, encontrar o crear: La obra más bella y que en ella se encierre todo el amor hacía el descuidado creador; el premio, bueno el premio era un pase libre sin juicio final al paraíso, con el grado de Ángel de la Guarda.
Así que todo mundo, bueno a decir verdad, no todo el mundo, solo los que tenían algo de dinero o alguno que otro talentoso artista, empezó a realizar su obra para el concurso.
En el abanico de posibles ganadores, existía un rey muy avaro, era dueño de una cantidad desmesurada de tierras y su fortuna era incalculable. Cuando la gente se enteró de su participación, se desanimaron mucho.
El rey antes mencionado, junto con su grupo de asesores, estaban buscando la obra de impacto, con la que ganaría. No faltaban las ideas, que ya esto, que ya lo otro, claro como no, sí todos sus asesores eran egresados del pedagógico del pueblo. En tan ambiciosa búsqueda, a alguno se le ocurrió la maravillosa idea de levantar un monumento todo en oro y piedras preciosas. La idea, fue aceptada por el rey. Ahora faltaba el lugar donde colocar el ostentoso monumento, tenía que ser en la plaza de la ciudad; pero ¿Dónde? Salieron pronto sus ingenieros, en búsqueda del lugar. Luego de una ardua búsqueda, alcanzaron a mirar un bello nogal a un costadito de la plaza. No importa se dijeron entre ellos, en ese lugar se realizaría la obra y tenía que ser lo más rápido posible. Trajeron el material necesario para la obra y tumbaron de inmediato el árbol y empezaron la obra.
Todo lo hacían tan aprisa, que no tuvieron tiempo de retirar las ramas, las mismas que yacían a un costadito del terreno.
El monumento fue concluido en menos de lo que dura un suspiro. Para el menester fueron contratados los mejores joyeros y artesanos del mundo. ¡Oh!, Sí que era hermoso, reluciente, incrustado de esmeraldas, diamantes; era tan brillante que podía divisarse desde cualquier punto del valle.
Los curiosos gorrioncillos, que atraídos por el resplandor volaban cerca, se quedaban ciegos de tanta luz, que caían al piso de un solo golpe, lo que causaba gracia a la gente que se apostaba cerca y, al mismo tiempo brindada una oportunidad única, para que los niños aumenten su aprendizaje humano de maldad contra la naturaleza, el abuso contra las criaturas con menos capacidad de defensa y el importantísimo sentido de odio que necesitamos cada uno. Niños malcriados decían los adultos, mientras desparramaban las más sonoras risas. Saben, “malcriado” es una de las palabras, que nos hacen ver en toda nuestra dimensión nuestra ignorancia a cerca de nosotros mismos.
Los pequeños saciaron su sed humana y desplumaron cuanto pajarillo cayó.
Seguro Dios tendría muy en cuenta estas acciones, al momento de elegir al ganador. El día del certamen llego, las campanas sonaban con alegría, el gran señor había bajado, se notaba que estaba de buen humor, el cielo estaba radiante y azul, muy azul. Los Reyes y autoridades no cabían en sus ropas, cada cual intentando brindar las comodidades al “Altísimo”. Bueno el momento decisivo llego, por cuestiones logísticas el certamen tuvo que realizarse en la Plaza del Reino del Rey Avaro. Cuando el resto de participantes divisaron tamaño monumento, sus caras palidecieron-Ya gano el Rey avaro- Se decían a si mismos. En efecto la grandeza del trabajo realizado era bárbara, el mismo Dios se había quedado estupefacto, ya en su mente estaba decidido, el monumento del Rey Avaro sería el ganador. Dios mando a llamar a su ángel principal y al oído le dijo su veredicto. No había nada que hacer el Avaro Rey se alzaría con el premio. Ya todo estaba perdido. La multitud murmuraba la elección. Dios decidió ver más de cerca su elección y se acercó más al monumento, en trayecto aun estaban regadas por el suelo las ramas del nogal, ya que los descuidados trabajadores no las habían retirado, eso aclara la idea de que somos hechos a imagen y semejanza de dios. Debajo de las ramas Dios alcanzo a ver, con su mirada milagrosa y divina, un bulto pequeño que le llamo la atención, se acercó un poco, ya lo suficientemente cerca se agacho y se puso en cuclillas, eso desconcertó a todos- El señor de cuclillas, esas cosas así nomás no se ven a diario. Un rato estuvo así. Para sorpresa de todos, se levantó y con una voz suave y al mismo tiempo autoritaria dijo: “He cambiado de parecer, si en este momento existe obra maravillosa ante mis ojos, es el corazón de este gorrioncillo- Se agacho nuevamente y levanto del suelo el cuerpo inerte de la avecilla”, Ella-continuó- ha entregado su vida al cruel frió, solo por cuidar sus crías, a entregado entre sus alas, no solo calor a sus hijos, nos ha dicho a cada uno de vosotros que lo más importante es entregar sin pedir nada a cambio, ha amado puramente y ese amor no se logra ni con cien monumentos como este. Ahora me doy cuenta que los he mal acostumbrado, no hay oración hacía mí, si de por medio no hay un pedido. Me voy y me llevo el corazón de esta criatura y les dejo su monumento y mis olvidos.
Así fue se marcho y todos quedaron desconcertados, cuentan que fue tal el dolor del Rey Avaro, que hoy se le puede ver organizando concursos de belleza con el afán encontrar, alguna criatura bella para Dios y las crías de gorrión siguen posandose en el monumento, todas las mañanas y los niños siguen intentado tumbarlas y de Dios hasta hoy no hay señales que haya amanecido de buen humor.

Texto agregado el 25-01-2005, y leído por 134 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
26-01-2005 comparto contigo esa opinion del amor desinteresado de los animales aunqe no se si llamarlo amor en el sentido humano pues tan bello es en el sentido animal qe no creo qe en el vocabulario exista una palabra tan bella para definirla en lo qe resta al forma eres muy ingenioso a pesar de qe al empezar a leer tu escrito se adivina el final. yacbeker
26-01-2005 comparto contigo esa opinion del amor desinteresado de los animales aunqe no se si llamarlo amor en el sentido humano pues tan bello es en el sentido animal qe no creo qe en el vocabulario exista una palabra tan bella para definirla en lo qe resta al forma eres muy ingenioso a pesar de qe al empezar a leer tu escrito se adivina el final. yacbeker
 
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