Sin miedo a nada y sin temer que va a perder todo por lo que ha luchado durante tastos años.

Guardandose en la chaqueta de cuero pluma, papel y un botecito. Emprende el camino, sin rumbo fijo por el bosque donde tantos momentos ha vivido. Después de caminar durante horas se fija en una piedra fría y silenciosa a orillas de un riachuelo.
Se sienta, se acomoda y sacando el papel y la pluma comienza a escribir su carta de despedida.
Las lagrimas le encharcaban los ojos, resbalando por sus mejillas para terminar sobre la carta y hacer ilegibles los renglones torcidos, echo por las manos de un hombre destronado.
Antes de escribir las ultimas lineas, saca de su pantalón su ultimo cigarrillo y de la chaqueta el botecito con veinticuatro pastillas con las que acabara su agoniosa vida.
Le dio la ultima calada al cigarrillo y lo tiro, no sin antes pensar en apagarlo en el suelo, pero decide que sera mejor tirarlo sin apagar.
Continuo escribiendo pero con estas ultimas palabras ya no lloraba.
Doce minutos mas tardes se desplomaba en el suelo sin poder respirar. Minutos después llacía en el suelo con una carta en la que solo se podian leer estas palabras:

Carta de nadie, para nadie.