Hoy amaneció el día ventoso, pero era un viento suave, como de premoniciones o estallidos de guerra en las que mueren las personas y se revientan el cráneo sin descubrir el arma homicida...; ventoso el día. Cuando la 4b estacionó en el centro vi a esta cabra que conozco apenas, vestía de negro (como yo) y cuando se sentó al lado mio imaginé una escena funeraria o una procesión bien antigua. Le comenté, "y vos, quien te autorizó a vestirte así" y no recuerdo bien si me golpeó o rebatió, lo que haya sido fue recibido con cara de aguilucho, la escogida entre todas para fomentar a los gusanos a correr más rápido. De ahí la muy perra se compró una fanta, por elección mia, claro, y yo me tomé la mayor parte del benévolo líquido. No hallaba qué hacer para sentirme incómodo, porque no me resultaba, y llegaba y decía lo que quería, como siempre me pasa con esta cabra que apenas conozco. Y es casi un insulto sentirse cómodo con alguien, porque te entra la duda si estás solo o metiendote de lleno en un recuerdillo con cara de vidrio. Como fuera la situación la cabra esta me ayudó a fotocopiar mi carné y a posteriori ir a coger mi "tarjeta inteligente" en donde salí con cara de sicópata de alto hospicio y pelos desordenados cual tormenta marina del archipielago de juan fernández.
Al rato y luego de huir de la verborrea de un rector poco ocurrente nos topamos con Marcelo y Hernán, que vagaban entre sus asuntos con eficiencia frustrada. Luego vino la búsqueda escabrosa de mi horario, sin resultados y luego el excitante y parqueado juego de taca taca profesional.
Resulta que todavía me duele el pulgar que me apreté en el taca taca oxidado ese. Y pienso tortuosas formas de venganza, entre las que se encuentra, claro, vilipendiar eternamente los pros de la carrera. Y lo más divertido fue olvidar el regalo en la casa, ese que proyecté el domingo 06 de marzo pensando en el jueves 10, pero se me van las ideas de repente y es así como se fomenta todo eso que sucintamente se dice común. Porque, como te dije, sólo escribiendo se pueden decir las cosas extraordinarias, y hablando sólo se puede emputecer. Como sea, dichoso cumplediecinueveaños. Y es que no sé por qué razón le tengo tanta estima a esta señora de ojos saltones y brillosos, y eso que me debería caer mal por jodida y embrollada, pero que va, si hasta me divierte cuando empieza con sus chillidos beligerantes abriendose paso entre protestas de tiempo y quien sabe qué más.
Y ahora me doy cuenta que son las dos de la tarde, ergo, no fui a clases en la tarde, ergo, me perdí la excitante y promisoria "EXTENSIÓN" y toda la vida me preguntaré si es que trataba de libros o quizás qué cosa.
Lo que sí, Natalia, trata de callar un poco más cuando vayamos en la micro, una señora de ahi me quedó mirando con cara de "y este será heredero de Spiniak o qué..." por lo que tuve que disimular y poner cara de serio. No vaya a ser cosa que alguien me saliera golpeando por usar en tu nombre al universo.
Luego ella se bajó de la micro mirando hacia atrás y chocando con la gente. Yo, conteniendo la risa agité mi mano izquierda con vehemencia. Dijo algo que no alcancé a oir, vi mover sus labios e imagino que de ahí salieron palabras.
Imaginar, entonces. |