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Ketzalí

A mi amigo Javier le faltaban dos años para conocer a Ketzalí la mujer de su vida, cuando se comprometió a casarse con su novia Anahí.
Por eso el día que los presenté, quedó prendado de ella, por eso también mi amiga Ketzalí se comportaba de forma distinta, estaba inevitablemente enamorada. Sin embargo él rehuía romper con Anahí, a pesar que moría por otra. La tesis que expone que la mayoría de los hombres rehuyen a la mujer que aman, se hacia palpable en mi amigo Javier.

Estoy seguro que aquella Navidad, ella organizó la fiesta de nochebuena en su casa porque se sentía terriblemente sola. Sus padres andaban de viaje. Y cuando todos nuestros amigos se despidieron se sintió más sola, aunque estaba conmigo.
No habíamos tomado mucho, pero ahora sé que el efecto del alcohol en las mujeres es mayor que en los hombres.
Quedamos solos en su casa, casi no recuerdo o no quiero recordar como llegamos a su habitación, qué nos dijimos, o cómo nos fuimos quedando desnudos.
Ella es un poco más alta que yo, su cuerpo esbelto y bien formado, yacía sobre la cama, sus caderas se levantaban un poco mostrándome el más hermoso triangulo hacia el infierno.

Sentí verdadera envidia de Javier. Pero al imaginar que estaba por poseer a la mujer que lo amaba me produjo una erección inmediata.
Eres una zorra realmente hermosa, le dije.
Ella no escuchaba o creía escuchar otra voz, otras palabras, a la vez que imaginaba caricias de amor de otro hombre, y no las mías que sólo eran de ebrio deseo. Estuve un rato admirándola, después procedí a acariciar y besar ansioso cada parte suya, hasta que fue insoportable estar fuera de aquel hermoso cuerpo. La rodeé con mis brazos y la hice girar para no ver su rostro enamorado de otro, la penetré por detrás, y nos sumimos en un vaivén incontrolable, incomparable, durante momentos indescriptibles.
Exploté en un detonador orgasmo, intenso, bestial, la inundé de un generoso chorro de esperma, espléndido, increíblemente placentero, que no sentí ni en mis primeras masturbaciones de adolescente, ni creo volver a sentir otro igual con otra mujer. Agonicé dentro suyo.

Me incliné sobre sus desnudos hombros, esperando encontrar una respuesta de su parte.
...Sollozaba...

Texto agregado el 24-03-2005, y leído por 125 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
24-03-2005 todo lo que hay que decir para publicitarse como hombre avatarico
 
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