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EL ALMA DE LAS FOTOS
Todo comenzo cuando buscaba un libro en los cajones de mi madre. Tenía yo
treinta y ocho años entonces, y ella había fallecido cuando yo cumplía los
diecinueve. Ya casi habia olvidado su rostro e incluso pocas veces
esuchaba su voz en mi cabeza, el recuerdo que tenía de ella era muy vago,
quizás tal vez por la vida apresurada que he estado llevando desde su
muerte.
Como iba diciendo, todo empezó ese día, en vez del libro me entrutuve con
un gran albúm de fotos negro, en que había cerca de cien o doscientos
fotos. Eran todas de mi madre, de mi abuela, de mis tíos y tías, todos muy
jovenes, irreconocibles, siempre sonriendo, parados, sentados, abrazados,
posando muy seguros. Me llamó mucho la antención una niña que hasta el
momento no había conocido, nunca había escuchado hablar de ella en las
reuniones familiares, en el entierro ni nada.
Era tan hermosa la niña, tenía el cabello lacio resaltado por el sol
(pese a que las fotos eran en blanco y negro), una expresión diferente en
cada toma, primero sonreía, en la segunda miraba sorprendida (y se podría
decir que maravillada) y en la tercera su expresión era todo lo contrario,
parecía triste y deprimida. Solo aparecía en tres fotos, de las
doscientas o cien, llevaba un vestido azul y tendría unos nueve o tal vez
diez años.
Busqué en ese entonces al hermano mayor de mi madre, el tío Alfonso, fue
una visita formal, fui con mi esposa y mis dos hijos. estuvimos
conversando de sus vivencias de cuando pequeño, para indagar algo más
sobre la niña en las fotos, si aun vivía, como se llamaba o porqué
aparecía en ellas. No obtuve sin embargo, mas que lo que sabía yo sobre
ella: nada. Mi obsesión me llevó a preguntar sobre las fotografías que él
poseía de la familia, y eso a su vez, me obligó a hacerle una visita a mi
prima Laura, que vivía cerca de la cuidad, pero que decidí visitarla un
tiempo despues.
Había sacado las fotos y las mandé a ampliar, con el fin de tal vez
reconocer en un tamaño mayor a la pequeña desconocida. En realidad, tuve
una sensación de estar enamorado de aquella persona, todas mis
palpitaciones se hacían más rapido cuando las miraba y veía su rostro, su
vestido azul, y veía a mi madre a su lado, de unos veinticinco años, muy
joven y guapa, sonriendo en el grupo. Esto último, (la diferencia de edad
entre mi madre y la niña), crearon el deseo de conocerla puesto que mi
mandre murió cuando tenía cincuenta y seis, eso, matematicamente
significaba que la misteriosa niña tendría un aproximado de cuarenta y
ocho o cuarenta nueve años.
Cuando visité a mi prima, esta vez solo, porque tenia un sentimiento de
verguenza y culpa para con mi esposa, encontré nuevas fotos, mas
recientes, cuando yo ya habia nacido, de las reuniones familiares,
buscamos incansablemente, los tres, ella, su esposo y yo, ya que les había
dicho que haría una misa especial por la conmemoración del falleciemiento
de mi madre y quería que vaya toda la familia. Luego de la ardua busqueda
encontramos una foto, solo una!, en donde aparecia nuevamente la niña,
esta vez de unos quince o tal vez más años, mucho mas formada que antes,
pero con la misma expresion de tristeza cuando me cargaba.
Aunque mi prima no me pudo dar referencias sobre aquella chica, ya no
niña, yo me fui feliz porque me llevé la foto. La mandé a ampliar. La
estudiaba todo el día a escondidas con el fin de sacar algo de mi memoria, ver si
sacaba algo nuevo de esa imagen congelada en el tiempo. No sucedió nada si
no hasta dos meses despues, cuando ya había dado todo por perdido,
encontre un personaje que había pasado desapercibido en las fotos, era
aunque con unos veinte años menos el rostro de mi suegra.
Las cosas se tornaron tan distintas y me sorprendí tanto de ver a mi
suegra entre las fotos familiares mias, ya que mi esposa nunca me dijo que
su madre conocía a la mia y que tal vez era parte de mi familia tambien.
Cuando le mostré la foto, reconocio rapidamente a su madre, pero palideció al ver a la chica y no me dió referencia sobre ella. Decidí entonces, en un acto impulsivo y desesperado visitar a mi
suegra. Tomamos un lonche que se hizo interminable, pero rapidamente luego de la
sobremesa le mostré la foto, y le expliqué el motivo de mi visita: mentí
nuevamente con lo de la misa de los diez años. Ella se sorprendió mucho al
verse entre mi madre, mis tias y familiares, con treintantantos años que no habían pasado en vano. Quién diría pues que te
conocía desde que eras un bebe, me dijo. instantaneamente se paró y me
sacó algunas fotos de su albúm familiar. ahi estaba la chica, la niña, la
bebe; en todas las posiciones, con todas sus sonrisas y todos sus gestos: era el rostro de mi esposa.
12/05/79

Texto agregado el 28-03-2005, y leído por 116 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
27-02-2007 Lei muy atenta el cuento y me gusto muchisimo, si puede trate de arreglarle los margenes porque se cortan oraciones a la mitad, si puede ponga las mayusculas despues de puntos....osea es mi opinion. Saludos Ursulita
 
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